Naciones Unidas proyecta para el 2050 que aproximadamente el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Las dimensiones de las ciudades son cada vez mayores, atraviesan constantemente los límites administrativos y barreras de protección que vienen dadas por la planificación. El crecimiento demográfico a partir de la mitad del siglo XX se ha acelerado exponencialmente. Desde los conceptos desarrollados por Cerdá, se fortalece la visión de la ciudad como un sistema amplio e integrador (Rueda 2010). La relación entre las áreas urbanizadas y la cantidad y calidad de verde urbano forma parte de esta dicotomía. La verderización en las ciudades no se distribuye de manera equitativa, pese a brindar beneficios en términos de sostenibilidad, salud y resiliencia (Russo y Cirella 2018).