Descripción:
Las formas tradicionales de medir el bienestar de los habitantes de un país, a través del ingreso per cápita, han mostrado ser inadecuadas. Un ejemplo de ello fue lo observado, en los Estados Unidos de Posguerra, en donde el nivel de satisfacción con la vida fue estable pese a que los ingresos casi se duplicaron, la conclusión de Easterlin en 1974 fue que la felicidad no se compra con dinero.