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http://hdl.handle.net/10469/24608
Tipo de Material: | Libro |
Título : | Pacho Villamar |
Autor : | Andrade, Roberto |
Fecha de Publicación : | 1900 |
Ciudad: Editorial : | Quito : Imprenta de la Concordia |
Código de biblioteca: | FER1L010267 |
Cita Sugerida : | Andrade, Roberto. 1900. Pacho Villamar. Quito: Imprenta de la Concordia. |
Descriptores / Subjects : | VILLAMAR, FRANCISCO NOVELA ECUATORIANA |
Paginación: | 267 páginas , II páginas ; 18 centímetros |
Resumen / Abstract : | ¡Invierno! Esta es la estación alegre en la silenciosa ciudad de los Scyris: alegre, porque disculpa el ocio y, si en las calles disminuye el concurso, se oye en las casas pobres música lastimera y guitarresca, y los acaudalados ceban carcajadas con más ruido, arrellanados en sus sillones de dafrasco, envueltos en grandes capas y cubiertas las cabezas con gorros de terciopelo azul o carmesí, bordados de hilo de oro y con borlas. Mientras los pies y las manos se agitan, y la lengua está como gajllardete en día de viento, a causa de la efervescencia del cerebro producida por el medido de traguillos de aguardiente de caña, por supuesto, y mientras el chocolate humea en tazones, con pan y queso de pasillo alrededor, y uno contesta “sin pecado concebida” a los que le acuden con “Ave María Santísima”, a causa de un repentino estornudo, nadie puede decir que no hay alegría, aunque vea que el aguacero cae sobre la ciudad. El quiteño es bueno en todo, hasta en eso de contentarse con poco. ¿Qué importa que haya muchos pobres y que en invierno carezcan hasta de sal y combustibles? No hay pobre que no suela tener sus jaranas. Raras son las poblaciones donde no siempre es estimado el provecho del trabajo. Pero la gente industrial, los artesanos, los cholos, forman un gremio muy interesante en la capital del Ecuador. Son pobres, pero comprenden que siendo ricos mejorarían su modo de vivir; por eso aspiran con fuerza a obtener mejor predicamento. Nótese en ellos sed de aprendizaje; mas, en razón de su pobreza e ignorancia, se estancan ante la menor dificultad. Hay ingenieros, mecánicos, exploradores, artistas, artesanos y artífices sin ciencia, porque ¿dónde la han de hallar, por mucho que la busquen? Empiezan, y ahí se quedan. Raros son, sin embargo, los que se entregan a vicios: la mayoría desaparece en el laberinto de una miseria sorda y silenciosa. Y en el antro de la miseria más triste se ven con frecuencia manifestaciones de ingenio que sorprenden: por las calles venden amuletos, pequeñas esculturas y obras pictóricas, cuadros de costumbres quiteñas, imitaciones admirables de algún artefacto europeo; venden estos artículos mendigos, y mendigos son los autores de ellos muchas veces. Llaman la atención en la música, música que se oye en su locuela; pero nunca pudieron salir del yaraví. |
Copyright: | openAccess Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Ecuador |
URI: | http://hdl.handle.net/10469/24608 |
Aparece en las colecciones: | Fondo Ecuatoriano Republicano I (FER1) - LIBROS |
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