Description:
A las seis de la mañana, arrellanados en la dilijcncia, salimos de Quito, la sultana que perezosamente se aduerme acariciada por las auras del Pichincha. Atravesamos el pintoresco valle de Turubamba, cubierto de una alfombra de esmeralda, matizada con las flores del trébol blanco, en graciosos cambiantes con las grandes manchas de oro de la flor de üachac. Allí pacen innumerables vacadas, y se ven hermosas casas de campo.