Descripción:
Acaso la belleza de los paisajes sólo esté en nuestros ojos: Mañana no habrá ante la mirada otro paisaje Que una iglesia en llamas. Y ya habremos perdido la cuentas de las manos crispadas: será que ya nos habremos levantado y ya habremos sembrado de gritos el campo, que antes solo era propiedad del silencio cien millones de balas habrán salido a explotar el pecho de cien millones de hombres y se verán caer los batallones desgraciados como las hileras de una mazorca.