La carencia de especialización y rigor científico en los comunicadores es evidente en la mayoría de los medios latinoamericanos. Las tergiversaciones resultantes no son triviales. Quien se trague pasiva e indiscriminadamente la visión del mundo que nos proponen los medios de comunicación, terminará pensando lo que otros quieren que piense y corre el riesgo de convertirse en una prejuicioteca ambulante.