La información constituye un valioso recurso que permite ilustrar a la gente sobre el avance del conocimiento y tomar decisiones, con las correspondientes implicaciones para el desarrollo de la sociedad. Han sido países desarrollados los que, a lo largo del tiempo, han sabido apreciar el gran valor que representa la información. Consecuentemente, ellos han definido políticas que les han permitido establecer sus propios sistemas nacionales de información. Estos, a su vez, han diseñado metodologías para el procesamiento, control y difusión de sus acervos bibliográficos (científicos y tecnológicos) nacionales.