Descripción:
“No sé qué afecto envidioso parece que vela en la conciencia de casi todos los hombres, pronto a comprimir las alabanzas al mérito, a encadenar los arrebatos de un justo entusiasmo. El más vulgar de los mortales apenas concede a la obra de mayor importancia un elogio, tan tibio que no impida creer que el elogiador es muy capaz de obra igual. Y no hablo aquí sólo de los que escriben, sino de los que leen, de muchos que no llegarán a escribir jamás. Es, por otra parte, de tan mal gusto el aplaudir, pinta en la fisonomía gesto tan ridículo la admiración, y algún transporte pudiera quizá desarreglar un pliegue de la corbata”.