Esta investigación analiza el fenómeno del escrache virtual y la violencia basada en
género en Uruguay a través del caso de la cuenta de Instagram @VaronesCarnaval. Esta
cuenta reunió más de 250 testimonios virtuales en una semana del 2020, que denunciaban
diferentes violencias en el Carnaval Uruguayo. Utilizando un enfoque cualitativo, se
analizaron publicaciones, documentos, y se realizaron entrevistas a personas calificadas para
caracterizar las denuncias, evaluar las respuestas institucionales y reflexionar sobre las
implicaciones en términos de género y políticas públicas. Los resultados muestran que la
mayoría de las denuncias se referían a delitos sexuales contra mujeres jóvenes, generando un
debate público y presionando a las instituciones a actuar. Sin embargo, las respuestas
institucionales fueron heterogéneas y se identificaron limitaciones en la implementación de
políticas públicas con perspectiva de género. Finalmente, desde una perspectiva feminista
antipunitivista, se concluye que, aunque el escrache virtual surge del hartazgo frente a la
violencia de género, no logra escapar de las lógicas punitivas tradicionales. A pesar de esto,
@VaronesCarnaval ha sido fundamental para desnaturalizar la violencia de género y abrir
espacios de diálogo sobre el tema, así como para poner la violencia sexual en el Carnaval
uruguayo en la agenda pública.
This research analyzes the phenomenon of online shaming (escrache) and
gender-based violence in Uruguay through the case of the Instagram account
@VaronesCarnaval. This account gathered over 250 virtual testimonies within a week in
2
2020, reporting various forms of violence in Uruguayan Carnival. Using a qualitative
approach, posts and documents were analyzed, and interviews were conducted with experts to
characterize the complaints, evaluate institutional responses, and reflect on the implications
in terms of gender and public policies. The findings reveal that most of the complaints
referred to sexual offenses against young women, sparking public debate and pressuring
institutions to take action. However, institutional responses were inconsistent, and limitations
were identified in the implementation of gender-sensitive public policies. Finally, from an
anti-punitive feminist perspective, it is concluded that although online shaming arises from
frustration with gender-based violence, it fails to escape traditional punitive logics. Despite
this, @VaronesCarnaval has been crucial in denaturalizing gender-based violence, opening
dialogue on the topic, and bringing sexual violence during Uruguayan Carnival into the
public agenda.