En los últimos años el Ecuador ha visto la importancia del ordenamiento territorial y del uso del suelo debido a los altos niveles de informalidad en la tenencia del suelo y las altas condiciones de vulnerabilidad para la población urbana, situación que se refleja en el acceso precario a servicios básicos y espacialmente en formas de segregación socioeconómica a micro escala y en macro escala en el crecimiento de la mancha urbana, retroceso de las zonas agrícolas e incrementos del valor del suelo que imposibilita el derecho a la ciudad. En parte, estos problemas han sido favorecidos por políticas públicas territoriales que no regulan adecuadamente el suelo. Se plantea la necesidad de abordar el diseño de las políticas de uso de suelo a partir de las acciones de los Gobiernos locales, específicamente de las ciudades intermedias que se han convertido en territorios receptores de población debido a su características de ser territorios con una especialización y cercanos a la ruralidad y que necesitan organizar su territorio para responder a las demandas de la población en términos de acceso al suelo, por ello resulta pertinente profundizar en su análisis teniendo en cuenta el impacto de estas políticas en la estructura socioespacial de estas ciudades.