Respecto a la relación entre la participación ciudadana y los controles democráticos es algo de lo que no se ha investigado mucho. Estas son dos variables de capital importancia para las democracias contemporáneas que enfrentan: la crisis del sistema de representación, los desafíos de dar soluciones adecuadas a los problemas locales y nacionales de las sociedades, y la dificultad de vigilar a las instituciones que controlan al poder ante factores internos y externos. La relación entre ambas se trata a partir de dos premisas teóricas, una que los controles democráticos electoral, social, político y administrativo funcionan como sistema y se refuerzan o se debilitan mutuamente, y la otra que la participación ciudadana es condición necesaria del control social; de modo que la alteración en una provocaría alteraciones en la otra. A nivel empírico esta cuestión se aborda desde el contexto latinoamericano, dado que en esta región ante la crisis de representatividad se planteó como solución la institucionalización de la participación ciudadana; lo cual tendría efectos en los controles democráticos. Este problema de investigación se estudia desde el enfoque realista de políticas a través de un mecanismo causal con base en el marco analítico del diseño de políticas públicas y el neoinstitucionalismo histórico.