La política de educación superior se implementó para incrementar el acceso y fortalecimiento del sistema de educación superior universitaria, técnica y tecnológica, con criterios de calidad, inclusión, pertinencia y democracia. La realización de una prueba estandarizada para que todos los postulantes tengan las mismas oportunidades era una idea meritocrática; sin embargo, las distintas realidades educativas que se viven en el país provocaron que muchos jóvenes no obtuvieran el puntaje adecuado para obtener un cupo. Además, se debe mencionar el número de cupos ofertados por las universidades y tecnológicos que deben ser superior al número de postulantes, un punto que no se cumple lo que ocasiona que muchos jóvenes no logren estudiar y tengan que repetir el examen.