Descripción:
A comienzos del año 2004 distintas variables y factores se conjugaron para crear un clima de aparente estabilidad: un elevado y creciente precio del petróleo, mayor producción petrolera privada, el compromiso con la austeridad fiscal de los ministros de Economía, las todavía elevadas remesas de los y las emigrantes, así como la caída de la inflación. Sin embargo, al finalizar el primer semestre del año, la economía parece encaminarse hacia un crecimiento modesto e incluso inexistente en los sectores distintos al petrolero. Es más, más allá de la reducción de la inflación, no asoman los elementos fundamentales de una verdadera estabilidad, como son el crecimiento económico sostenido y la generación de empleo.