Descripción:
El final del siglo XX y el principio del XXI marcan, sin duda, un parteaguas en la relación entre Estados Unidos y Latinoamérica. Si bien los años sesenta se caracterizaron por una relación en muchas ocasiones difícil y, en otras, cercana, aunque con gobiernos militares, los noventa significaron un claro giro. Las relaciones ya no están enmarcadas por una situación de suma cero ni se considera que, ante la amenaza del mundo socialista, es preferible cualquier sistema de gobierno, por autoritario que sea. Las relaciones empiezan a darse bajo parámetros diferentes. Las democracias consolidadas aspiran a relaciones más satisfactorias para todos los participantes.