La economía ecuatoriana es conocida por su gran potencial en el ámbito agrícola y ganadero, producto de la heterogeneidad climática y biológica. No obstante, la producción se encuentra dividida entre grandes explotaciones sustentadas en monocultivos y la Agricultura Familiar y Campesina que es diversa y posee parcelas de terreno más pequeñas. Los cultivos de gran escala tienden a fomentar la concentración del capital y la profundización de la inequidad (Jordan 2003). A partir de la Reforma Agraria de 1963, se han generado pequeñas parcelas para campesinos, facilitando una agricultura para la subsistencia y reduciendo su dependencia con grandes empresas transnacionales. Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) en Ecuador juegan un papel fundamental en la economía del País y, en los últimos años, se ha observado una tendencia hacia la sostenibilidad y la formación de clúster empresariales que podrían dar lugar a distritos industriales.