Description:
Efectivamente, la radio es la mayor pantalla del mundo, una pantalla que ha servido para proyectar imágenes e imaginarios de la sociedad, del mundo, de la vida. Una pantalla que ha servido para la intercomunicación (la mensajería radial tan útil especialmente para el campesino), que ha servido para el entretenimiento, para la denuncia, para paliar los asedios del corazón, para mitigar la soledad, etcétera. Una pantalla que ha sido y es un actor social y político con capacidad de convocatoria y de organización, tal el caso de Radio La Luna, de Quito que, juntamente con la telefonía móvil, catalizó las energías sociales de decenas de miles de quiteños en abril de 2005, que defenestraron a Lucio Gutiérrez, hecho que pasó a la historia como la Rebelión de los forajidos.