Descripción:
Hay un Chimborazo y hay un Víctor Hugo. Ambos son gigantes. No importa que existan otras montañas más altivas y hermosas que el majestuoso rey de los Andes ecuatoriales, como tampoco obsta a la grandeza del autor de Los Miserables la existencia de otros genios, que son como faros elevadísimos encendidos para guiar a la humanidad en la conquista de su felicidad y perfeccionamiento. Ambas eminencias el monte y el poeta sacan sus cabezas encanecidas fuera de los densos vapores que envenenan la baja atmósfera terrestre y viven inundados de luz en pleno cielo.