En el principio era ya el Fin. El Fin era único en el principio, el sub-yo de la conciencia y de la vida: estaba constituido en persona, organizado como varón y hembra. Entre el Fin y el principio había ya un Médium: y estos tres eran la misma cosa. Triunidad: forma necesaria al Ego de la existencia o de la vida. El principio era el mundo ab-eterno, la materia pura infinita o sin límites, materia viva, varón y hembra. Dios estaba en el mundo. No podemos pensar un Fin, por ejemplo un Allah o un Jehová, con abstracción de la materia o del mundo: cualquier Fin está en el espacio ab-eterno o el mundo. El Fin era ya Dios en el principio ab-eterno o el mundo. Dios único, personal, antropomorfo, existente por sí.