Description:
Las ciudades no sólo presentan su fisonomía inconfundible, sino que tienen también alma. La querida Quito es típica, imborrable. Su semblante no se oscurece entre el del vulgo. Su alma es buena.
En el alma de Quito anida la ecuanimidad.
Ecuanimidad: no te llamaremos gracia de los dioses, porque ellos también, según la mitología, perdían de vez en cuando los estribos, aunque cabalgaran o volasen, caballeros sobre Pegaso; ecuanimidad, virtud de los hombres de verdad, de los filósofos que se sobreponen a las miserias y saben dominar sus pasiones, encadenándolas con los grillos de la voluntad.