Indudablemente, no al profesor de Higiene, sino al amigo que le estima y aprecia, y que gustoso escribe estas líneas, ha encomendado el Sr. Ochoa la alta honra de presentar al público las primicias científicas de su labor intelectual. Honra, desde luego, de gran valía para el suscrito; pues las primicias científicas del Sr. Ochoa, recomendables por sí mismas, son revelación de su talento y de su consagración al estudio. Esto último es digno de mayor alabanza, y mucho más en países como el nuestro; porque estudio y abnegación necesita quien, entre nosotros, no siga el trillado sendero de la Retórica y la Poética, por cuyo atajo van casi todos los universitarios del Azuay, echando en lamentable olvido lo que más debiera llamar su atención: la carrera profesional.