Durante el año de 1931 y en los volúmenes X, XI y XII del Boletín de nuestra Academia Nacional de Historia, apareció la primera parte de esta obra, o sea El Convento de la Merced de Quito, desde 1534 a 1600, primera parte que, refundida y en volumen separado, volvió a ver la luz pública en 1938. Años antes, en 1932, habíamos dado a la estampa la segunda parte de nuestro trabajo, es decir, El Convento de la Merced de Quito, desde 1600 a 1700. De modo que, para la presente edición, tenemos historia de un ciclo de 100 años, comprendido entre los principios del segundo tercio del siglo XVI y los últimos días del siglo XVII. El cuadro humano que hemos contemplado así es inmenso, a no dudarlo. La calidad y cantidad de los hechos ocurridos y la calidad y cantidad de los hombres que en tales hechos intervinieron durante tan larga etapa de nuestra historia, son dignas de la atención y del estudio de la posteridad; la cual, colocándose con nosotros en los puntos precisos, para no perder las grandes perspectivas históricas, se habrá dado cuenta cabal de que algún aspecto de la Historia, para el historiador, no es otra cosa que una gran capacidad visual con que distinguir bien lo visto y mirado en las lejanías de lo pretérito.