Descripción:
Ya pasada una centuria desde que la América Española lanzó el primer manifiesto solemne y ejecutó el acto inicial de su emancipación. A una ciudad de segundo orden de las colonias cupole adelantarse en el movimiento, cuyas sacudidas en todas partes se manifestaban ya y se generalizaron luego desde 1810, hasta que, en los campos de Ayacucho, se arrolló para siempre la bandera española; y una constelación de naciones ingresó a la familia internacional, con la locura y los arrebatos de la juventud y trayendo a la escena cien colores y blasones en sus banderas y sus escudos, y un universo de ensueños para la vida constitucional.