Descripción:
La importancia capital del diagnóstico bacteriológico en clínica ha adquirido en los modernos tiempos un desarrollo considerable; sabemos cómo, después de los clásicos trabajos que inmortalizaron los nombres de Davaine, Pasteur, Koch y los no menos interesantes descubrimientos de sus sucesores Roux, Dorrel, Yersin, se produjo una verdadera transformación en el dominio de la Medicina y Cirugía, tanto en el tratamiento como en la evolución, etiología y profilaxis de las grandes infecciones. Y conocido por todos los cirujanos del mundo también es el inmenso progreso realizado en el vasto campo de la cirugía, gracias a los modernos procedimientos de asepsia y antisepsia, fundados en la microbiología e indispensables hoy a toda intervención por pequeña que sea. Hoy, todo médico debe saber practicar el examen de un esputo, de un exudado faríngeo, de una gota de sangre o del líquido extraído a un ganglio sospechoso en tiempo de peste, porque de la rapidez y exactitud en el diagnóstico dependerá seguramente el éxito en el tratamiento y las salvadoras medidas adoptadas en pro de la colectividad: aislamiento y desinfección.