Talento de claridad meridiana; ilustración de amplia raigambre; patriotismo de indclinable virilidad: constituyen el triple heráldico blasón del bien conocido escritor lojano, don Manuel E. Rengel, que acaba de acrecentar el glorioso acervo literario del Ecuador con la refundición de su original y hermosa novela Luzmila, trazada a base del paisaje macabeo, con elementos de pasión humana y de historia heroica, arrancados a las auténticas palpitaciones del corazón y a los soberbios episodios de la Colombia de Bolívar. No voy, en estas breves líneas de emoción y sinceridad, a emitir un juicio crítico sobre la obra, porque para ello carezco de la autoridad y magisterio que tales estudios demandan; quiero simplemente dejar sumaria constancia de las corrientes de interés patriótico y simpatía literaria que, en mi espíritu de lector, ha suscitado tan pintoresca narración, que, por cierto, pertenece más bien a la antigua era romántica que a los modernos procedimientos con que se elabora la novela contemporánea, sin que por ello falten vagos anhelos de nivelación humana, en consonancia con los tópicos y pensamientos que caracterizan el arte trascendental de nuestros días.