Un incidente de frontera, de aquellos tan comunes en países como los nuestros, de linderos extensos y mal determinados, nos puso en peligro, hace no mucho tiempo, de que se alterasen las buenas relaciones existentes entre el Ecuador y Colombia. Los Gobiernos, por fortuna, velaban y supieron acudir a tiempo para conjurar el peligro, nombrando una Comisión Mixta que, trasladándose al lugar del conflicto, debía determinar una línea provisional de statu quo, mientras las negociaciones, avanzadas ya para la celebración de un tratado definitivo de límites, llegaran a su término. Los comisionados colombianos, señores Dr. Dn. Antonio José Restrepo, Dn. Antonio Cárdenas Mosquera y Dn. Julio Garzón Nieto, se acercaban ya a la frontera, donde debían unirse con sus colegas los comisionados ecuatorianos, señores Dr. Dn. N. Clemente Ponce, Dn. Ignacio Fernández Salvador y Dn. Héctor Dueñas Giler, para comenzar sus trabajos, cuando se tuvo conocimiento de haberse firmado en Bogotá el Tratado de 15 de julio. La Comisión no tenía, pues, ya razón de ser, y los distinguidos colombianos se habrían regresado, si nuestro Gobierno no les hubiera invitado a pasar a Quito, donde encontrarían amigos y hermanos que los recibirían con los brazos abiertos. El Sr. Garzón Nieto no pudo aceptar la invitación.