Descripción:
Ante la perestroika, la caída del muro de Berlín y la muerte del socialismo real el mundo entero replantea todas sus certezas, dogmas y creencias. Ante la apariencia de que todo es posible, se avizora que nada es verdad. La incertidumbre lejos de sembrar la depresión o el pánico, abre una reflexión más profunda sobre lo real, lo posible y los sueños. Más aún, cuando a finales de este milenio se atisba un futuro que se toma inmediato, tanto en cualquier país del mundo como en las microrealidades de una ciudad. En medio de la tormenta se presenta, como imagen pasada, la figura de el Príncipe; aquel ser político por excelencia, creado por Maquiavelo, expresión y encarnación del Estado moderno, ente regulador de la sociedad civil, que busca a toda costa controlarla y ponerla bajo su dominio.