Descripción:
Qué poderoso es el amor! Con razón dijieron los latinos: Omnia vincit amor. Voy á confesar humildemente un pecado mío. Entre todos los académicos de la lengua yo era el más negligente y perezoso: mas desde que prendió en mi pecho el fuego de casto amor á la letra E de nuestro abecedario; desde que soy, por buena suerte, su amigo sincero é imparcial como dice por acá nuestro pueblo; me siento otro hombre, me siento como rejuvenecido y animoso.