Descripción:
Sin duda, las prácticas de corrupción más peligrosas y desestabilizadoras para los países de la región han sido las alentadas desde los más altos centros del poder, especialmente cuando han sido los máximos gobernantes los principales promotores, gestores o encubridores de tales prácticas. La historia reciente de América Latina da testimonio de la anterior aseveración.