Descripción:
Tal vez usted, fanático del fútbol o ama de casa vinculada con el balompié sólo en ocasiones como ésta, se siente en el sillón más mullido de su casa con la sola idea de disfrutar -o sufrir- el partido de su amado seleccionado. Apenas deseará que Agustín Delgado ande lo más inspirado posible para el arco, que Gabriel Batistuta perfore redes ajenas e inhiba defensas adversarias o que Álvaro Recaba efectúe los mejores pases de su carrera; anhelará y rogará que José Luis Chilavert pueda ejecutar uno de sus precisos y furibundos tiros libres, que Cuauhtémoc Blanco se erija en líder anímico y técnico del equipo o que Hernán Medford demuestre ante ojos ecuménicos que sus 34 años no le impiden desarrollar lo que bien sabe hacer en un campo de juego.