Descripción:
La escena es siempre la misma en todas las películas. Dos policías vestidos con trajes usados, bebiendo café y fumando pitillos sin parar, esperan nerviosos dentro de un coche destartalado. Minutos después, aparece un hombre sin personalidad, con cualquier síndrome de abstinencia,
y se desparrama en el asiento trasero. Intercambia unas pocas palabras con los "polis" y les entrega un insignificante trozo de papel doblado.