Honorables senadores y diputados: Vuestra instalación en Congreso constitucional es un nuevo y magnífico triunfo de la regeneradora transformación de Septiembre. Bendigo al Todopoderoso que, con Bien tan señalado, recompensa mi fé y el amor que le tributo, permitiéndome, después de saludaros con patriótica sinceridad, que os rinda cuenta de mis actos administrativos y del ejercicio de la Magistratura que debo á la benevolencia de mis conciudadanos. Si alcanzo vuestra aprobación quedarán recompensados mis desvelos y 'fatigas en el vienio que ha terminado, trasmitiéndome con vuestro generoso estímulo, mayor aliento para consagrar al que principia, la perseverancia que me imponen la libertad en el órden y el progreso en la industria; libertad y progreso que formarán el complemento de la regeneración del Ecuador.