Descripción:
Cuando América, hija del milagro del genio de un hombre y de la fe de una Reina, emergió triunfante de las ondas turbulentas del ignoto Océano, la lengua de Castilla, este maravilloso instrumento verbal, mar diáfano, sereno y transparente, en el que se diluyó un gran espíritu, estaba casi perfecta. Eran las postrimerías del siglo xv, del siglo de los descubrimientos y se anunciaba el orto cargado de presagios del siglo xvi. La fabla tosca que naciera de la corrupción del latín, al contacto con los diferentes pueblos que poblaron la península Ibérica, cada uno de los cuales expresábase en su idioma o dialecto peculiar.