Descripción:
Si la idea de progreso no nos sugiriese otra que no fuera de movimiento, de cambio, de sucesión, bien pudiera encontrarse en todas partes; ya en las actuaciones de análisis de espíritu, ya también en la labor intelectual de mera observación. Ley universal es la del progreso, ley inmanente, aunque obscura, pero infalible y necesaria. En nuestro entender, progreso ha de significar adelantado, tendencia a la perfección, siquiera relativa, en el vasto campo de las especulaciones humanas. Así, el verdadero progreso ha de tener por fin la perfectibilidad del hombre, que se traduce por el respeto a sus derechos innatos.