Descripción:
Una breve aclaración previa: pienso que la palabra “social” es un adjetivo que resulta redundante aplicado al sustantivo “comunicador”, ya que toda comunicación es un hecho social (esto es obvio, pues el acto comunicativo supone necesariamente dos entidades, por lo menos, una emisora y otra receptora, además de un lenguaje y el lenguaje es un hecho y una relación social). Tal vez sea nuestro inveterado hábito latinoamericano de expresarnos por medio de eufemismos lo que nos lleva al uso de esta redundancia, o quizás las razones sean otras -como las connotaciones un tanto incómodas que ha llegado a revestir el vocablo “masas”- tan desprestigiado en nuestro medio por el abuso que han hecho de él los políticos-; en todo caso me permito proponer el -a mi modesto entender- más apropiado giro de “comunicación pública” (ya que existe también una privada que, por cierto, es asimismo social).