Descripción:
La configuración del terrorismo internacional como enemigo del mundo occidental, luego de la Caída del Muro de Berlín, y, su corolario, la doctrina de guerra preventiva, a partir del 11 de septiembre de 2001, indica la transición a un nuevo orden global. La transformación del capitalismo industrial en capitalismo de servicios o de la información, su expansión, con el triunfo de esta alternativa liderada por los Estados Unidos, sobre la alternativa socialista, y la extensión de la democracia norteamericana promovieron la Globalización. Sin embargo, la sociedad abierta y plural que orientó el posfordismo y la Globalización implica un nuevo paradigma de control. Las tecnologías de acción a distancia, como los medios de comunicación, configuran el público –o lo públicos- como mecanismo de regulación temporal. Se trata de la noopolítica. La guerra posmoderna es también una guerra por el sentido que se dirime en la opinión pública mundial. El consenso para la lucha contra el terrorismo se construye en los medios. Los medios de comunicación son los actores en ascenso en el orden global. Pero el enemigo real no es el terrorismo, sino las alternativas a este orden. The configuration of international terrorism as an enemy of the Western world, after the Fall of the Berlin Wall, and its corollary, the doctrine of preventive war, from September 11, 2001, indicates the transition to a new global order. The transformation of industrial capitalism into services or information capitalism, its expansion, with the triumph of this alternative led by the United States, on the socialist alternative, and the extension of North American democracy promoted Globalization. However, the open and plural society that guided post-Fordism and Globalization implies a new paradigm of control. The technologies of action at a distance, such as the media, configure the public -or the public- as a mechanism for temporary regulation. It is about the noopolitical. The postmodern war is also a war for the meaning that is resolved in world public opinion. The consensus for the fight against terrorism is built in the media. The media are the rising players in the global order. But the real enemy is not terrorism, but the alternatives to this order.