Descripción:
Suele afirmarse que el mundo está entrando en una nueva edad de la información, que los nuevos desarrollos tecnológicos en satélites y computadoras transformarán nuestro trabajo, nuestros procesos y sistemas educacionales y el modo en que llevamos a cabo nuestra vida diaria. Muchas de estas afirmaciones se dijeron cuando la imprenta, el telégrafo, la radio y la televisión surgieron en el escenario social. Cada uno de los nuevos desarrollos tecnológicos fue aclamado como liberador social y gran nivelador, o bien lamentado como influencia nociva para la moral, los hábitos de trabajo y loses- tilos de vida de las personas expuestas a ellos, en particular de aquellos grupos que los moralistas siempre han percibido como más susceptibles de ser influidos: las mujeres, los niños y las masas ignorantes. El mismo tipo de reacción se advierte ahora en respuesta al creciente uso de computadoras por la industria, las escuelas y los individuos en sus propios hogares.