Descripción:
“El proceso de interrelación”, subtítulo de la obra, la define. En efecto, su hipótesis central es que no se puede crecer humanamente sin interrelacionarse, sin una auténtica comunicación entre el Yo y el Tú, en el Tú y el Yo como condición previa para la socialización del individuo cristalizada en el compromiso. Comienza, apropiadamente, con una exposición analítica y con una exposición analítica y comparativa de los enfoques conductistas, sicoanalíticos y humanista, respecto de la naturaleza humana. En la segunda parte, propone un modelo de comunicación humana a partir tanto de una analogía con el modelo matemático de comunicación de Warren Waever, como del modelo implícito en la definición de Gail y Michelle Myer: “proceso generalmente predecible, a muchos niveles, continuo y siempre presente, de compartir significado por medio de interacción simbólica”. Un capítulo entero se dedica a eso de “compartir significado”.