Descripción:
En relación con la desaparición de personas, se ha desarrollado un campo social bastante denso expresado en la formación de instituciones, leyes, protocolos y lenguajes expertos que sostienen la existencia de un mundo de víctimas y de exigencias todavía vigentes. Los lenguajes creados para hacerse cargo de esta categoría han coincidido en señalar su carácter disruptivo, pues el desaparecido es siempre la imposibilidad de sentido y de identidad (Gatti 2017), se produce gracias al uso riguroso del secreto (Ansttet 2017, 43) que impone una geografía del espectro y del miedo (Schindel y Colombo 2014), lesionando profundamente la estabilidad existencial de los individuos y las comunidades que sufren la pérdida.