Descripción:
¡Querría empapar la pluma en la sangre de mi corazón! querría que el dolor que me devora el alma, fuera capaz de expresar a gritos mi desesperante soledad; ¡querría resucitarte en cada uno de mis gemidos, pobre Augusto mío! pero en mi locura melancólica sólo tengo para regar tu tumba mis lágrimas amargas; por eso vengo como el ave de paso solitaria a dejarte unas flores que simbolizan mi cariñoso afán y el recuerdo de tus amigos.