Uno de los mayores rasgos de la escalada de crecimiento de la sociedad, ha sido la fragmentación de su vida en sectores institucionalizados: prestamista-Banco, Vendedor-local de comercio, copistas-editoriales. A lo largo de la historia ha llevado a que se creen sociedades diversas que cumplirían funciones antes desempeñadas por meras personas físicas. Como parte de esta evolución, la sociedad ha tomado medidas para proteger al arte, habida cuenta de las dificultades que implicaría en el mundo globalizado el hecho de que los propios autores tomen por sí la responsabilidad de la protección de sus obras. Así nacieron en su momento las sociedades de gestión colectiva. En el estudio de la propiedad intelectual, se les ha dado tal importancia, que otra forma de verla no parece siquiera concebible. Pero ¿es este el único tipo de sociedad preocupada por las artes? En este trabajo sostengo que no. Por ello, en pos a una forma más comprensiva del estudio en el campo, planteo aquí un concepto abarcativo que reconoce tantas otras sociedades que en nuestro presente la doctrina no considera. Este nuevo concepto unificador es el de sociedad literaria.