Los modelos económicos que rigen en la actualidad basados en la extracción, producción, uso y desecho, están sobrepasando la capacidad regenerativa de los recursos naturales y ecosistemas de un planeta finito. Este modelo lineal ha llevado a que, año tras año, la producción de desperdicios y, por consiguiente, las emisiones de gases de efecto invernadero se incrementen, haciendo más difícil el cumplimiento de las metas climáticas establecidas en el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Para sobrellevar este problema, la economía circular emerge como un modelo disruptivo fundamentado en el eco diseño, el cual procura mantener a los materiales, productos, componentes y servicios al máximo de su utilidad por el mayor tiempo posible, minimizando así la generación de residuos.