Descripción:
Los relatos sobre la coyuntura política en el Ecuador vuelven siempre -circularmente-, sobre una narración perpetuamente reiniciada y siempre la misma. Esta narración se articula en torno a la figura retórica del “desorden”, o si se quiere, en torno al tópico retórico de la crisis institucional. De acuerdo a este lugar común, el momento histórico está siempre definido por el presunto “desquicie” de las instituciones, por su deterioro, pérdida de credibilidad y desgaste. A ello se apareja, por lo general (y con pocos momentos de excepción), a la reiterada procesión de encuestas y sondeos de opinión que hablan de la desconfianza, oprobio y ruindad de los actores públicos a los ojos de una ciudadanía siempre desengañada, suspicaz y disgustada con los organismos públicos y sus actores.