Llegué a Ecuador hace casi tres años. Una de las primeras experiencias que me generó un fuerte choque cultural, fue escuchar a muchas amistades decir que les habían pegado en la infancia, contándolo entre risas y humor. Desde ahí nace mi motivación por ahondar en la violencia infantil. Al mismo tiempo, tuve la oportunidad de sumergirme etnográficamente en la familia Tenorio y percibir que quienes ejercían violencia infantil eras las mujeres, las cuales a su vez sufrían violencia de género. La presente investigación se apoya en los siguientes constructos teóricos: la producción de subjetividad, la espiral de violencia, y el aprendizaje social de la violencia. Entre los últimos dos conceptos se entabla una interrelación que permite responder al interrogante sobre el pasaje de víctima a victimaria.