Descripción:
Los derechos humanos constituyen un avance en la civilización de la humanidad y el grado en que los mismos gozan del respeto de las autoridades públicas y privadas demuestra el estado de madurez de una sociedad. En este sentido, los actores estatales, que protagonizan el destino de una sociedad, pueden juzgarse a través de su acatamiento a esas importantes normas de la vida cívica: los que gobiernan con suficiente legitimación y sustentados por una amplia mayoría de la opinión pública pueden permitirse el lujo de apoyarse exclusivamente en prácticas legales y ordinarias; los gobernantes que carezcan del voto de su pueblo siempre tendrán que refugiarse en la violación de los derechos humanos para asegurar tanto el orden público como su poder personal. De tal manera, puede concluirse el grado de consolidación de una sociedad, así como el de la soberanía de sus gobernantes por la medida en que los derechos humanos sean practicados.