Descripción:
Este libro es vuestro: santo, ingenuo, libre. Santo, porque en sus páginas, impregnadas del aliento a rosa de la juventud, no hallaréis qué pueda ofender vuestra inocencia; ingenuo, porque fue compuesto para almas tiernas que no han de enojar al hombre, si quiere tener una vejez tranquila y respetable; libre, porque las ideas necesitan un sembrador que no sufra contrarresto y se lance a verterlas en lo hondo del surco al mediodía. ¿Qué más podéis exigirme?
Esta colección de artículos no vale un pito, y quizá fastidie a más de un literato: me alegro; ésa no será sola mi recompensa, faltaría vuestra gratitud, corona de oro de mis desvelos. ¿Qué son mis pobres escritos?: ecos dispersos de mis tristezas, de mis nostalgias; ansias mal reprimidas de objetos intangibles; impulsos de llorar a gritos por una estrofa, por una nube, por una mujer; hojas fugitivas de la historia de una vida trabajada por la desgracia y nada más, jóvenes míos, que posáis por el mundo desierto como una ola ardiente de progreso.
Sólo una hora me besó la frente la poesía: la que empleo en escribir estas líneas; después he vivido en noche lóbrega de dolor, hasta que habéis llegado a regocijarme, cantando como aves de lumbre: ¡sean bienvenidos y quédense conmigo!