Descripción:
Uno de los cargos más arduos y delicados de nuestro ministerio pastoral es la extirpación de los escándalos públicos, mediante la corrección de los extraviados; pues Dios dice a un obispo lo que en otro tiempo a Jeremías: “He aquí que te he constituido sobre los pueblos, para que arranques y destruyas, arrases y disipes, y también para que edifiques y plantes”. Ecce constitui te hodie super gentes, et super regna, ut evellas, et destruas, et disperdas, et dissipis, et aedifices, et plantes (cap. I, v. 10).
Obligación nuestra es vigilar incesantemente por la conservación de las buenas costumbres en la grey que nos ha sido confiada, y porque se mantenga en ella íntegro e incólume el depósito sagrado de la fe.
A cooperar en la fábrica grandiosa de la Iglesia, que desde la tierra se eleva al cielo con el conjunto de todas las iglesias particulares y de los elegidos de todos los tiempos y naciones, se encaminan todas las obras de celo que debemos sostener, dirigir y desarrollar en nuestra Diócesis; para esto hemos sido constituidos: ut aedifices et plantes.