En honor de la verdad, y como homenaje al mérito, queremos dejar constancia de que, sin la decidida y eficaz cooperación del señor General don Eloy Alfaro actual Encargado del Mando Supremo de la República, la obra que hoy reimprimimos, tan importante como desconocida para la mayoría de los ecuatorianos, hubiera permanecido olvidada y proscrita del Ecuador valga el vocablo, quién sabe hasta cuándo. A él debemos, pues, su publicidad, y nos place manifestarlo. El vacío que la publicación de esta obra viene a llenar es innegable. Escrita con ánimo sereno e imparcial, por un testigo ocular de cuanto ha pasado en nuestra patria, desde las gloriosas jornadas de la Independencia hasta las miserias de nuestros días, se recomienda, si no como la única, como la más exacta y detallada que se haya escrito. La fuerza de verdad que le acompaña no sólo la dan los documentos en que se apoya, sino también la inmaculada reputación, la inmensa honradez y la rara honorabilidad de su autor, eximio patriota, publicista y filántropo.