Descripción:
Luego de la caída de Abdalá Bucaram en 1997 se esparció la idea de que el país vivía lo que se llamó una crisis de gobernabilidad. El Ecuador no se deja gobernar. El canibalismo político entre fracciones rivales impide los necesarios acuerdas para acompañar la marcha del país. El gobierno no puede actuar por las incomodas interferencias del Congreso y por la negatividad de los actores a aceptar las decisiones gubernamentales. Una crisis de autoridad. Sin embargo, tal diagnóstico no es nuevo.