Descripción:
Históricamente, desde el militarismo de Flores al comienzo de la República, hasta el nacional populismo de Correa en el presente, ha habido graves desavenencias entre el poder central situado en Quito como
sede de la administración del Estado, y el poder local de Guayaquil, en su condición de principal puerto marítimo internacional y principal fortaleza económica y empresarial. Desde Vicente Rocafuerte pasando por Abdalá Bucaram, todos los líderes locales que han logrado una función pública estelar por elección popular o nominación, se creen predestinados por decisión divina o al llamado de su ego, a ocupar el sillón presidencial del Palacio de Carondelet en Quito.