Descripción:
Sostiene Paulo Coelho: “La mediocridad puede ser cómoda, hasta que un día la tragedia llama a la puerta, y entonces las personas se preguntan: ¿Pero por qué nadie dijo nada, si todo el mundo estaba viendo que esto iba pasar?” Esta reflexión cae como anillo al dedo para analizar por qué, después de una década en que no se ha producido una crisis energética en el país, ésta se vuelve a dar como en los tiempos de los gobiernos de “la larga noche neoliberal”, como suele mencionar recurrentemente el presidente Correa. ¿Cómo es posible que en el tercer año de gestión, integral y absoluta del Estado por el Gobierno de la Revolución Ciudadana se estén viviendo, permanente
y cotidianamente, los consabidos apagones que afectan todas las actividades del convivir societario, tanto del campo como de la ciudad y afectando a todos los actores sociales sin excepción, pero principalmente a los más pobres y vulnerables?
Sin lugar a dudas, la vigencia del binomio racionamientos-apagones permite que, por encima de los discursos, publicidad y propuestas, se perciba la falta de previsión y de fallas de la planificación de mediano y largo plazo de éste y de los gobiernos anteriores. No ha marchado la consigna de “poner la casa en orden” en lo relacionado a la cuestión de la energía eléctrica, como era la aspiración del Presidente y de sus cuadros asesores y técnicos.